La Asociación de Robótica Móvil en España (ARME) activa una academia para formar a los trabajadores con conocimientos técnicos y ‘soft skills’ y competir con el gigante asiático, único rival del sector español en esta área.
FUENTE:elespanol.com
AUTORA:Beatriz Aznar
España es una potencia mundial en instaladores o integradores de robótica móvil -Automatic Guided Vehicle (AGV) o Autonomous Mobile Robot (AMR)-.
Se trata de un perfil altamente cualificado que es crítico para, por ejemplo, que las plantas de automoción de todo el mundo funcionen de forma correcta. Es díficil encontrar una de estas infraestructuras en cualquier parte del planeta donde no haya un español ocupándose de que los robots móviles ejecuten a la perfección su tareas.
Tan sólo China es rival para España en este campo y contar con una cantera de profesionales que cumplan las exigencias del mercado es crucial para posicionarse y, lo más importante: diferenciarse del gigante asiático en este campo.
Desde la Asociación de Robótica Móvil Española (ARME) se ha decidido tomar cartas en el asunto para reivindicar su sitio en la esfera internacional y, de la mano de la formación, forjar a esos perfiles que han de ejercer como verdaderos «solucionadores de problemas», concepto clave para acometer el salto cualitativo que España pretender imprimir a partir de ahora.
ARME ha puesto en marcha una academia para forjar a sus propios «solucionadores de problemas», tal y como exige el mercado y las circunstancias, y es que los planes formativos y académicos a los que se puede acceder en la realidad ofrecen formaciones que, a juicio de la asociación, quedan «incompletas».
«Aspiramos a que España sea el primer referente mundial de la robótica móvil. En la actualidad somos los segundos, después de China. Como no podemos competir con ellos, queremos diferenciarnos: seremos los buscadores de soluciones. Queremos ser los mejores implantadores a nivel mundial. Esto solo lo podremos conseguir siguiendo las líneas en las que estamos trabajando: una estrategia clara, colaboración y formarción y un espíritu de mejora día a día».
Habla para D+I Jesús Ortiz, secretario y responsable de la Academia de ARME, y CEO de Orbelgrupo.
«Desgraciadamente, los perfiles que nos llegan a las empresas están incompletos. Por ejemplo, los que provienen de ciclos o FP son muy buenos en la parte práctica, pero les faltan muchas nociones teóricas; y los que provienen de las universidades, al revés, tienen la teoría muy interiorizada, pero les falta práctica».
Ortiz incide en que fomentar ese talento debe comenzar cuanto antes, desde la escuela, y no ceñirse a los conocimientos prácticos y teóricos -tan necesarios por otra parte-, sino que deben incluir además las conocidas como soft skills.
«El talento se crea desde muy pequeño, tenemos que ayudar a aquellos niños con inquietudes por la robótica, ingeniería, digitalización o matemáticas, a darle forma. Desde ARME creemos que los talentos no solo son buenos perfiles técnicos, es decir, no es suficiente con ofrecer conocimientos técnicos, ofrecemos formaciones en soft skills: negociación, habilidades sociales o comerciales, idiomas, etc», añade el responsable de la academia de ARME.
La asociación está consiguiendo que los profesionales españoles de este sector se posicionen actualmente como solucionadores de conflictos en todo el mundo.»Los técnicos de otros países, si ven el mínimo problema, no llevan a cabo la instalación de los robots móviles; los españoles tiramos de creatividad y ofrecemos una solución»
«Siempre hay conflictos o problemas a la hora de implantar los robots móviles: por ejemplo, los técnicos de otros países si ven el mínimo problema, no hacen el trabajo; es decir si hay en la empresa una rejilla que no estaba señalada en los mapas, se acabó la instalación de los robots móviles», reconoce.
«Sin embargo, los españoles buscamos soluciones, muy creativas, por cierto, y conseguimos realizar el trabajo con éxito. Ahora necesitamos que esto llegue a todas las empresas españolas».
Este es uno de los objetivos de la puesta en marcha de la Academia de ARME: atender una necesidad detectada entre sus socios.
«No es suficiente únicamente con la formación básica que reciben los empleados, necesitamos acompañarles continuamente. Por ello, hemos creado píldoras de 50 horas en temáticas concretas, centrados en itinerarios de formación como robótica, programación y soft skills».
La automatización ¿crea o destruye empleos?
En 2024 la meta pasa por poner estas formaciones al alcance de instituciones, centros de formación profesional, universidades y colegios –pequeños talleres para empezar-. «Ya hemos terminado el primer módulo, el objetivo es conseguir terminar el segundo y el tercero».
Respecto al eterno debate sobre la automatización que conlleva la implantación de robots móviles en la industria y sus efectos sobre el empleo, ARME advierte en primera instancia: «No hay que automatizar por automatizar. El proceso no deja de ser una herramienta más para que la estrategia de la empresa funcione, mejore y consiga los objetivos marcados».
El secretario de ARME sostiene que la automatización permite consolidar los puestos que ya existían en una empresa y, además, alumbra otros de nueva creación.
«Se pasa de un trabajo repetitivo a uno productivo y con más valor, es decir, en vez de haber tres personas en un turno haciendo un trabajo constantemente, conseguimos que, gracias a las formaciones, estos perfiles empiecen a tener un perfil mucho más capacitado para avanzar a la velocidad que avanza la empresa«, detalla Jesús Ortiz.
Por otro lado, «se crean nuevos puestos porque aparecen posiciones nuevas, más digitales, y se tienen que cubrir. A modo de conclusión, creo que los perfiles actuales de planta se van a reconvertir para adaptarse a la industria«.
«Creo que ambos aportan valor, son complementarios, uno depende de otro para funcionar: el robot móvil automatiza procesos y los empleados controlan los robots móviles y supervisan el trabajo que realiza«, concluye Ortiz.