AUTOR:Anton Kratiuk
La Inteligencia Artificial evoluciona rápidamente y ya es capaz de pintar cuadros, componer música, escribir libros, crear códigos de software, sugerir la dieta adecuada y mantener una conversación agradable.
Pero todavía hay muchas cosas que la IA no puede hacer, como las emociones y el humor.
Esto es lo que sabemos
Ingenieros británicos han intentado enseñar a la IA a reproducir las emociones humanas. Para ello, crearon dos robots: una «hembra», Ameca, y un «macho», Azi, y utilizando 32 actuadores (cinco para el cuello y 27 para la cara) acercaron sus expresiones faciales a las humanas.
Como parte del experimento, Azi «despertó» a su novia y le contó un chiste gracioso (en su opinión) sobre archivos-cookies, pero Ameca no apreció el humor y dijo que no había oído un chiste más tonto que éste.
Durante la conversación los robots mostraron activamente emociones en sus caras, Azi estaba claramente avergonzado por el mal chiste, y Ameka parecía molesto.
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