FUENTE:elcolombiano.com
AUTOR:Luis Fernando Álvarez Jaramillo – lfalvarezj@gmail.com
La regulación de la Inteligencia Artificial se ha vuelto un tema de amplia discusión entre gobiernos y organismos internacionales. Muchas personas temen que la inteligencia artificial vaya a reemplazar trabajos y hacer que los humanos dejemos de pensar, debido a que puede resolver todo por nosotros. Un gran tema de discusión es si un humano solicita que la inteligencia artificial le escriba un libro, ¿quién tiene los derechos de autor? El ser humano que lo solicitó o la empresa tecnológica dueña del robot.
El Reino Unido inició una consulta clave sobre derechos de autor e inteligencia artificial. Esta consulta está abierta hasta el 25 de febrero e incluye propuestas que podrían redefinir la relación entre las personas que desarrollan la inteligencia artificial y los titulares de derechos de autor.
Entre las propuestas, se encuentra una excepción de derechos de autor para empresas de Inteligencia Artificial, con el fin de facilitar el uso de contenido protegido en el entrenamiento de modelos de Inteligencia Artificial generativa. Si esta propuesta pasa, las empresas desarrolladoras de Inteligencia Artificial podrían utilizar material sujeto a derechos de autor sin la autorización del autor.
En la actualidad, para utilizar contenidos sujetos a derechos de autor, las empresas necesitan negociar acuerdos de licencias. En este sentido, la propuesta ha generado tensiones en las industrias creativas. Si bien la propuesta ofrece mecanismos de exclusión para los propietarios de derechos de autor, los líderes de la industria musical advierten que dicha propuesta puede causar daño a intereses creativos, porque puede disuadir a empresas tecnológicas de negociar licencias adecuadas.
Otra gran pregunta es, ¿quién tiene la autoridad para otorgar permisos, las discografías o los creadores e intérpretes de las obras? El Consejo de Creadores Musicales ha solicitado que se prioricen los derechos de los creadores individuales. Esto significa que se requiere el consentimiento explícito de los artistas para cualquier uso de su trabajo en inteligencia artificial y que dicha contribución al entrenamiento de algoritmos, debe ser remunerada de manera justa.
La mayor prueba de que el ser humano busca proteger las creaciones humanas por encima del entrenamiento de Inteligencia Artificial, es el hecho de que se ha creado una coalición de escritores, publicistas, músicos, fotógrafos, productores cinematográficos, y periódicos, que rechazan la excepción a derechos de autor, para que las empresas tecnológicas entrenen sus algoritmos. La coalición argumenta que las leyes de protección a propiedad intelectual deben ser respetadas y no pisoteadas para facilitar desarrollos tecnológicos.
Los esfuerzos del gobierno del Reino Unido y la oposición a dichas medidas, demuestran que los seres humanos aún valoran la creatividad y la protección de sus obras por encima de la tecnología y la Inteligencia Artificial, lo cual demuestra que hay esperanza de que en el futuro haya una regulación clara en el sector de inteligencia artificial, que reconozca los desarrollos del talento humano y los mantenga vivos. El día que los humanos dejemos de pensar y construir, ese día dejamos de ser una especie desarrollada.