FUENTE: www.muycomputer.com

AUTOR: EDUARDO MALO

Cada vez son más cosas tecnologías que, tras haber sido soñadas en las películas y series futuristas, acaban llegando a la realidad. Avances como el de los investigadores de la Cornell University, quienes han creado un sensor de fibra óptica utilizando LED y tintes, dando como resultado un material elástico similar a la piel humana, capaz de detectar deformaciones, presión, flexión e incluso fuerza y esfuerzo.

Un sistema que abre las puertas al desarrollo de aplicaciones de sistemas robóticos sensibles, permitiendo que los robots implementen el sentido del tacto; así como un amplio campo de cara a la realidad aumentada, permitiéndonos la percepción de unas sensaciones similares a las que sentiríamos con el tacto en el mundo real, a través de la interacción con elementos meramente digitales.

Sin embargo, desde Cornell University aclaran que esta tecnología también podría tener otras aplicaciones útiles en medicina, trabajando actualmente para crear un uso aplicado a la fisioterapia y otros campos deportivos.

Cornell University sensor robótica realidad virtual

Basada en el trabajo previo de sensores extensibles creado en el laboratorio de Rob Shepherd, quien también dirigió al equipo en la nueva investigación de Cornell University, el nuevo proyecto del investigador Hedan Bai se centra en el uso de sensores de fibra óptica basados ​​en sílice capaces de detectar cambios menores de longitud de onda como una forma de identificar múltiples propiedades, incluidos cambios en la humedad, la temperatura y la tensión.

Sin embargo, de primeras estas fibras de sílice son incompatibles con la electrónica blanda y elástica, por lo que Shepherd optó por crear una guía de luz extensible para sensor de detección multimodal (llamada SLIMS), a través de tubo largo que contiene un par de núcleos elastoméricos de poliuretano.

De esta manera, mientras un núcleo se mantiene transparente, el otro está lleno de tintes absorbentes en múltiples ubicaciones conectadas a un LED, acoplados con un chip sensor RGB capaz de registrar cambios geométricos en la trayectoria óptica de la luz.

El uso de un diseño de doble núcleo aumenta la cantidad de salidas que el sensor puede usar para detectar una variedad de deformaciones, incluida la presión, la flexión o el alargamiento. Indica deformaciones iluminando el tinte, que actúa como codificador espacial. La tecnología se combina con un modelo matemático capaz de desacoplar las diferentes deformaciones y señalar su ubicación y magnitud exactas.

Además, estos sensores SLIM pueden operar con una optoelectrónica pequeña con menor resolución, lo que lo hace su proceso de creación notablemente menos costoso y más fácil de fabricar e integrar en los sistemas.


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