FUENTE: La Vanguardia
Grandes inventos y mentes brillantes han hecho posible el desarrollo de robots inteligentes a través de los siglos.
El origen de la palabra robot proviene de una obra de teatro checa publicada en 1920 y titulada Robots Universales Rossum, del autor Karel Capek. La obra tuvo tanto éxito que popularizó en todo el mundo la palabra robota, que en checo significa “trabajo forzado”.
Sin embargo, el origen de los primeros robots autómatas es mucho más antiguo y se remonta miles de años en la historia. En este artículo repasamos los momentos clave en el desarrollo de la robótica.
Historia antigua de la robótica
Hace miles de años, los antiguos egipcios ya desarrollaron modelos matemáticos muy avanzados y construyeron automatismos muy sofisticados, como el reloj de agua. Los relojes pueden considerarse las máquinas antiguas más perfectas, muy cercanas al concepto de automatismo y, por tanto, a la robótica.
Siglos después, en la Antigua Grecia, el ingeniero y matemático Arquímedes descubrió el poder de las palancas, las poleas y los planos inclinados en siglo III a.C.. Con estos mecanismos, capaces de actuar como brazos y manos humanas, diseñó un prototipo capaz de sacar del agua un barco hundido.
Durante la Edad Media se crearon los primeros autómatas: máquinas que imitaban el movimiento de un ser vivo. Uno de los más famosos fue el hombre de hierro de Alberto Magno, creado en el siglo XIII: se trata del primer androide de la historia, construido de hierro, cristal y cuero; era capaz de andar, atendía la puerta del monasterio y se encargaba de entretener a los visitantes.
El Automa Cavaliere fue un autómata de forma humana diseñado por Leonardo da Vinci alrededor del año 1495. Desarrollado en una armadura completa, podía sentarse y levantarse, mover brazos y piernas, y era el mayor entretenimiento de las cortes reales italianas.
Un hito determinante para el desarrolló de la robótica y la programación en general ocurrió en el siglo XVII. El filósofo y matemático alemán Gottfried von Leibniz desarrolló el sistema binario como base para el cálculo automático, sentando definitivamente las bases de la computación y el lenguaje máquina de ceros y unos.
Siglo XX: los inicios de la robótica moderna
El siglo XX ha supuesto un antes y un después en la robótica: en un solo siglo hemos pasado de fabricar robots mecánicos que se impulsan con el movimiento, hasta crear todo un universo de robots digitales e inteligencia artificial.
En 1937, Bill Taylor, un joven estudiante británico de 21 años, diseñó un robot inspirado en los juguetes de mecano que acabó utilizándose para recoger y colocar mercancías en la industria. El robot fue bautizado como Gargantúa y fue el primero de muchos otros robots de uso industrial que se utilizaban para pintar, cortar y separar productos, etc. En la Feria Industrial de Nueva York de 1939 se presentaron más de veinte prototipos de robots para uso industrial y doméstico.
Coincidiendo con el apogeo de la robótica moderna, el escritor de ciencia ficción Isaac Asimov publicó Yo Robot (1950), una colección de relatos protagonizados por robots inteligentes. En su obra, Asimov desarrolla las llamadas “leyes de la robótica”, que limitan el funcionamiento de los robots para que no supongan una amenaza para los humanos.
A principios de 1960, la compañía estadounidense Unimation desarrolló el primer robot de transferencia programable: se considera el embrión del robot industrial tal y como lo conocemos hoy en día.Este diseño inspiró a General Motors para crear las primeras cadenas de montaje automatizadas para fabricar automóviles. Son los llamados robots colaborativos: aquellos que trabajan junto al hombre para realizar una misma tarea.
A partir de entonces aparecieron nuevos robots en otros ámbitos industriales: robots especialistas en soldadura, en inyección de plástico, en mezcla de alimentos… La evolución de la tecnología permitió automatizar ámbitos y sectores antes inimaginables.
La década de 1980 marca el inicio de la robótica inteligente: se empieza a investigar para dar mayor capacidad de actuación a los robots. Una década más tarde, con la aparición del Big Data y el Internet de la Cosas (IoT), aparece la inteligencia artificial.
Siglo XXI: la era de la inteligencia artificial
Hoy en día estamos rodeados de robots en todos los ámbitos de nuestra vida: aspiradores autónomos, entrega de paquetes a través de drones, vehículos sin conductor, robots educativos en las aulas, robots cirujanos en los hospitales…
Se dice que estamos en la Cuarta Revolución Industrial, basada en el desarrollo de la Inteligencia Artificial (AI) y el funcionamiento autónomo de las máquinas. Como toda revolución, transformará nuestra forma de vida y supondrá una digitalización de todos los procesos de la actividad humana.
Todavía es pronto para saber hasta dónde llegaremos con esta nueva revolución. Lo que sí es seguro es que el futuro está ligado al desarrollo y la evolución de la robótica: una relación de colaboración entre robots y personas para potenciar la humanidad del futuro.