Los roboperros se han vuelto muy comunes en agencias de seguridad, y hasta en departamentos de bomberos y policía.
FUENTE:mundodeportivo.com
AUTOR:Jesús Quesada
Donald Trump puede considerarse como uno de los hombres más afortunados del mundo actualmente. El empresario y personalidad televisiva estadounidense ha vuelto a ser elegido como presidente de los Estados Unidos de América tras ganar a Kamala Harris en las elecciones de 2024, cargo que asumirá el próximo 20 de enero del año 2025.
Y es que el caso de Donald Trump es curioso, porque es el primer presidente en ganar un segundo mandato no consecutivo desde Grover Cleveland en 1982, además de ser el primer presidente de Estados Unidos de América de la historia que ejercerá dicho cargo pese a haber sido condenado penalmente.
A esto hay que sumar la tensión constante que ha vivido en los últimos meses, pues ha sufrido algún que otro intento de asesinato, siendo el más sonado el de un joven francotirador que planeaba acabar con su vida mientras daba un discurso durante un mitin político en un recinto ferial en Butler, Pensilvania. El FBI pudo acceder al teléfono del terrorista, y Donald Trump ha aumentado su equipo de seguridad con un perro robótico.
Un perro guardián robótico avistado en Mar-a-Lago, Florida
La campaña electoral de Donald Trump ha estado plagada de polémicas e incidentes de seguridad, lo que ha llevado a su equipo a utilizar teléfonos móviles «inhackeables» para evitar todo tipo de ataques cibernéticos. Ahora que vuelve a ser presidente de los Estados Unidos de América, no debe escatimar en mantenerse lo más protegido posible.
Debe ser por eso que ha decidido incorporar entre su personal de seguridad un perro robot, como se ha podido ver en el resort de Mar-a-Lago en Palm Beach, Florida. Este inmueble patrimonial ha sido declarado Hito Histórico Nacional; fue construido entre 1924 y 1927 con estilo arquitectónico español por la heredera y socialité Marjorie Merriweather Post, que concibió la residencia como lugar de descanso invernal para los presidentes de Estados Unidos y otros dignatarios extranjeros.
El roboperro fue fotografiado hace unos días y contaba con el acrónimo de United States Secret Service (USSS), confirmando así que forma parte del equipo de seguridad. Además, se controla de manera remota y cuenta con avanzadas funciones de vigilancia. Se han compartido fragmentos de vídeo en las redes sociales que lo muestran
Donald Trump ha reforzado su equipo de seguridad en Mar-a-Lago y ahora tiene un perro robótico patrullando la propiedad. En el costado del «animal» hay un gran cartel de advertencia que dice «no acariciar». Fue fabricado por Boston Dynamics y está equipado con «tecnología de vigilancia». El Servicio Secreto dijo al New York Post que «si bien no podemos entrar en las capacidades específicas, los perros robóticos están equipados con tecnología de vigilancia y una serie de avanzados que respaldan nuestras operaciones de protección».
Boston Dynamics es una empresa estadounidense de ingeniería y robótica que está especializada en la construcción de robots. A finales de 2020 fue vendida a Hyundai, tras haber pasado primero por Google o SoftBank. Entre sus creaciones se encuentran el BigDon, un robot andador no tripulado para uso militad, o el CHEETAH, que es un robot capaz de correr a 28 millas por hora (45 kilómetros por hora).
La intención de usar un perro robot para tareas de vigilancia es evitar el uso de guardias humanos en situaciones arriesgadas que puedan comprometer su vida. Si bien parece una «excentricidad» de Trump, lo cierto es que los perros robots se utilizan en diversas agencias de seguridad, así como departamentos de bomberos y policía de Estados Unidos, según la fuente.
Aparte de las propuestas de Boston Dynamics, existen otros robots muy interesantes, como el Unitree Go2-W, que es un robot cuadrúpedo que pesa alrededor de 18 kilogramos, puede transportar hasta 3 kilogramos de carga y es capaz de desplazarse a 9 kilómetros por hora. O Sparko, que fue el primer perro robot que se fabricó en el mundo. Era capaz de ladrar, sentarse y rogar caricias.
