Neil Ballinger, jefe de EMEA en el proveedor de piezas EU Automation, discute si el ROS se está convirtiendo en el lenguaje común de automatización para la robótica
FUENTE: www.infoplc.net
El Sistema Operativo Robótico (ROS, por sus siglas en inglés) de código abierto se lleva utilizando desde hace más de diez años y son miles los desarrolladores que crean paquetes para él. De hecho, según un informe de 2019 elaborado por ABI Research, casi el 55 % de los robots de todo el mundo incluirá un paquete ROS para 2024. Con este lenguaje creciendo en popularidad, Neil Ballinger, jefe de EMEA en el proveedor de piezas EU Automation, discute si el ROS se está convirtiendo en el lenguaje común de automatización para la robótica.
Desarrollado en 2007 en el laboratorio de inteligencia artificial de la Universidad de Stanford, el ROS es una capa middleware que se puede ejecutar en varios sistemas operativos o sin un sistema operativo. Aunque no es un sistema operativo (SO), el ROS proporciona los servicios que cabría esperar de un SO, como la abstracción de hardware, el control de dispositivo de bajo nivel, la implementación de funciones comúnmente usadas, la trasmisión de mensajes entre procesos y la gestión de paquetes.
El software de ROS ofrece una gran flexibilidad. Este software está organizado en paquetes y puede contener nodos, conjuntos de datos, archivos de configuración o cualquier cosa que forme un módulo útil. Esto hace que el ROS sea útil para varias aplicaciones de la robótica e incluso tiene el potencial de ampliar sus capacidades en el hardware industrial ya existente en las fábricas.
Entornos controlados
Cuando una fábrica incorpora un robot a sus operaciones, este se suele configurar con el software de código cerrado que viene con su hardware. Este software propietario, cuyos derechos de propiedad intelectual siguen perteneciendo al fabricante del software o a otra persona, ofrece módulos que permiten a los robots adaptarse a entornos dinámicos.
Por ejemplo, se aplica a vehículos de guiado automático (AVG) para evitar que colisionen con maquinaria cercana en los almacenes, así como a robots de recogida y colocación para realizar movimientos variables que les permitan manipular objetos y ejecutar tareas preprogramadas. Sin embargo, estas funciones de adaptación suelen ser bastante limitadas.
A diferencia del software propietario, el software de código abierto ofrece a los usuarios un acceso completo al código fuente. Si el responsable de planta desea personalizar el programa de un robot, el desarrollador no solo tendrá acceso al código, sino que podrá editarlo dentro del contrato de licencia. De hecho, los ingenieros de código ROS, miembros del programa «ROS-Industrial» que ha puesto en marcha el Southwest Research Institute (SwRI), utilizan software de código abierto para acciones robóticas no preprogramadas.
Los investigadores del SwRI han desarrollado recientemente un módulo que permite colaborar a dos robots en una tarea de manipulación. La función de esos robots se basa en datos de nube de puntos procedentes de cámaras que aportan visión en estéreo y percepción de profundidad para comprender el entorno. Por tanto, la aplicación de la robótica con códigos basados en el ROS tiene infinitas posibilidades, ya que los fabricantes podrían, por ejemplo, instalar cámaras 3D alrededor de una célula de trabajo para recopilar datos sobre las interacciones entre los robots y las piezas que manejan.
Minimizar la obsolescencia
A los ingenieros también les gustará saber que el ROS utiliza protocolos estándar de Internet, como el Protocolo de Control de Transmisión/Protocolo de Internet (TCP/IP, por sus siglas en inglés). Eso quiere decir que los responsables de planta tendrán la certeza de poder instalar nuevo hardware de robótica en la línea de producción sin hacer que otras partes de su sistema se vuelvan obsoletas, y de que todos los equipos seguirán «hablando» entre ellos sin necesidad de una reprogramación exhaustiva.
Con el tiempo, el ROS se ha convertido en una plataforma muy utilizada en varias aplicaciones de la robótica. Es por ello que ahora miles de desarrolladores trabajan con el ROS para construir el futuro de la robótica, permitiendo a los fabricantes reducir la cantidad de equipos obsoletos y personalizar el programa de un robot a su gusto