«Nuestra tendencia a proyectar rasgos, comportamientos y emociones similares a los humanos en los animales, conocida como antropomorfismo, se traduce notablemente bien en los robots», sostuvo la doctora Kate Darling.
FUENTE: www.24horas.cl
Una experta en robótica aseguró que los seres humanos estamos experimentando una mayor empatía hacia los robots que por los animales.
A través de una publicación, la doctora e investigadora especialista en interacción humano-robot en el Media Lab del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), Kate Darling, advirtió de los paralelismos que existen en el trato hacia las máquinas y los animales que se ha dado en occidente y cómo no se debe olvidar la diferencia entre herramientas inertes y organismos sintientes.
Según Darling, «si bien puede parecer absurdo, o incluso insultante, comparar máquinas sin vida con criaturas vivas, creo que hay algo que aprender (…) nuestra tendencia a proyectar rasgos, comportamientos y emociones similares a los humanos en los animales, conocida como antropomorfismo, se traduce notablemente bien en los robots«.
De hecho, sobre estos últimos, la investigadora dijo que más del 80% de las aspiradoras robots tienen nombres. También recordó los comentarios negativos surgidos en contra de Boston Dynamics en el que pateaban un robot de cuatro patas en 2015, o los soldados que han arriesgado la vida para salvar a robots con los que trabajan y un templo budista en Japón donde le hacen funerales a los que no pueden arreglar.
En ese sentido consignó una serie de investigaciones cuya temática da cuenta que los humanos tratarían cualquier cosa que se mueva como si estuviera viva.
Para la experta «cuando las personas prefieren, y lo harán, un dispositivo mecánico insensible como un dinosaurio robot mascota a una babosa viva que respira, esta yuxtaposición hace que sea más difícil para cualquiera de nosotros ignorar cómo tratamos instintivamente a los no humanos, ya sea que estén vivos o no».
«Hasta ahora, hemos podido mantener estas contradicciones entre nuestras creencias y acciones hacia los animales al no pensar demasiado en ellas (…) pero la nvestigación en la interacción humano-robot arroja una luz dura y perspicaz sobre nuestras motivaciones y comportamiento (…) ¿podríamos elegir dejar de tratar a los animales y las máquinas de manera tan similar?», reflexionó la académica.
La doctora concluyó con su exposición señalando que mantiene esperanza en «que las elecciones políticas, morales y emocionales que enfrentaremos con los robots en realidad provoquen un ajuste de cuentas con nuestro actual (mal) trato a los animales«, recalcando que «los robots y los animales no son, y no deben ser tratados, de la misma manera».
Cabe mencionar que la Federación Internacional de Robótica espera vender este año más de 68 millones de robots para servicios profesionales, personales y domésticos, por lo que se espera que este tipo de conflictos sea más común en la sociedad con el pasar de los años.