DISRUPTORES y la Universidad Camilo José Cela reúnen a expertos de Plain Concepts, Alstom, Aggity y ABB Robotics para analizar cómo la simbiosis de estas dos tecnologías está transformando la industria.

FUENTE:elespanol.com

AUTORA:Mar Carpena

Muchos son los que defienden que nos encontramos en plena cuarta revolución industrial, una nueva y si cabe mayor transformación de la industria, marcada esta vez no por las máquinas de vapor, la electricidad o las cadenas de montaje sino por la inteligencia artificial, la robótica, la automatización y la digitalización.

La industria 4.0 es hoy una realidad que está revolucionando sectores como la manufactura, la logística, la salud y la energía, transformando la forma en que producimos y trabajamos.

Analizar estos cambios fue el objeto de la mesa redonda organizada por DISRUPTORES y la Universidad Camilo José Cela y en la que quedaba evidente, desde el inicio, cómo la integración de los mundos físico y virtual que marcan la esta revolución industrial trasciende hasta la propia fábrica y que la diferencia de anteriores revoluciones industriales hoy radica en la velocidad de los cambios que la acompañan.

“El primer robot que salió al mercado ya ha complido 50 años pero hoy la velocidad a la que todo se transforma es vertiginosa y la línea entre físico, digital o incluso biológico se ha desdibujado completamente. Es necesario estar todo el rato adaptándonos a los cambios”, afirmaba Pablo Fernández, General Industry Sales Manager en ABB Robotics Spain que añadía que “hasta ahora las personas se habían adaptado a las máquinas; hoy son ellas, con los robots como gran ejemplo, las que interactúan con nosotros, incluso en nuestro propio lenguaje”.

Esa realidad trae consigo un nuevo y urgente interrogante: ¿Estamos preparados para una convivencia efectiva entre robots y humanos en el entorno laboral? “Yo creo que sí pero no podemos olvidar que esa interacción abre desafíos sociales o incluso legales”, apuntaba David Martín Moncunill, subdirector de la Escuela Politécnica de la Universidad Camilo José Cela.

Y, cómo no, ante ese nuevo “empleado” más allá de dirimir si debiera pagar impuestos o no, aparece la desconfianza y la oposición de muchos empleados. “Esa resistencia al cambio es intrínseca y se ha dado en cualquier revolución; lo importante es entenderla y pensar en cómo superarla. Muchas veces desde el área de Innovación solo pensamos en cambiar cosas pero en las áreas de explotación y producción lo que quieren es predictibilidad y producir. No cambios constantes y sin más. Por eso es tan importante saber cuándo cambiar, el qué y cómo realmente rentabilizar ese cambio antes de abordar otro más”, defendía Álvaro Urech, director de Innovación de Alstom España y Portugal.

Ante la pregunta casi del millón, “cuándo es demasiado pronto y cuándo demasiado tarde para cambiar algo”, Javier Cantón, Chief Technology Innovation Officer en Plain Concepts opinaba que “el problema es que muchas compañías no saben dónde quieren estar dentro de 3 o 5 años, no tienen un plan a medio/largo plazo y eso es esencial, igual que lo es entender las nuevas tecnologías que surgen, pensar en cuáles realmente van a tener un impacto más allá de hoy”.

El desafío laboral

Precisamente, tecnologías como la inteligencia artificial (IA) y la robótica llevan ya un tiempo generando ese impacto en la industria y todo apunta a que seguirán haciéndolo. “La IA permite analizar ingentes cantidades de datos y, de este modo, por ejemplo, acceder a una información concreta de forma rápida y sencilla”, exponía Javier Campelo, Head Analytics and AI de Aggity. “Imaginemos una fábrica en la que un operario tiene una duda sobre el funcionamiento de una máquina concreta, cuando hay multitud de máquinas distintas, de fabricantes diferentes y cada una con su manual. La IA le permite, preguntándole además en lenguaje natural, acceder a esa información concreta; es como hablar con un experto”, apuntaba.

Predecir fallos, detectar errores, incrementar la eficiencia o la productividad son algunas de las ventajas que esta innovación ya está haciendo posible en las fábricas de hoy pero ¿están los trabajadores realmente preparados para extraer y “disfrutar” de todos esos beneficios?

“Muchas veces se nos olvidan los operarios que, en un sector además como este, son los que de verdad tienen que adaptarse a innovaciones como la que supone la IA o la robótica”, recordaba Álvaro Urech, de Alstom que apuntaba a la necesidad de “formarles y acompañarles en ese cambio, haciendo un esfuerzo en el upskilling. Si los cambios no los haces con ellos, con los trabajadores, no tendrás éxito”.

Involucrar a la empresa en la formación

Pero además de acompañar a los trabajadores que ya están en ese entorno laboral, la gran pregunta es cómo “dibujar” a los de las fábricas del mañana. Es decir, ¿qué habilidades serán esenciales y cómo podemos preparar a las nuevas generaciones para un mercado de trabajo en constante evolución? ¿Está el sistema educativo alineado con estas nuevas demandas?

La colaboración entre empresas y instituciones educativas parece ser el único camino para lograrlo y así lo expresaba desde la Universidad Camilo José Cela David Martín Moncunill: “Es imprescindible involucrar a las empresas más allá de realizar unas prácticas en ellas los alumnos; la colaboración debe producirse ya desde el inicio de la formación, en la propia definición de los contenidos. Además es una unión que nos beneficia a todos, a nosotros porque formamos a los alumnos en lo que realmente el mercado les va a pedir pero a la empresa también le interesa porque sabe que va a poder encontrar el talento que necesita”.

Para ello, además, desde Plain Concepts, Javier Cantón reflexionaba sobre la importancia de hacer ver al alumno, cuando se está formando, “la utilidad o aplicabilidad de lo que le estás enseñando porque muchas veces no se logra y el estudiante no lo valora”.

Un modelo en el que, reflexionaba, también es necesario incluir y potenciar cada vez más las llamadas “habilidades blandas” como la comunicación, el liderazgo o la creatividad ya que “por muy bueno que seas haciendo algo repetitivo, siempre te va a superar una máquina”.

Para Javier Campelo, de Aggity, en ese mundo futuro que ya dibujamos hoy, es también resulta fundamental “impulsar el pensamiento crítico” y la formación continuada: “Los cambios son constantes y por eso debemos estar formándonos siempre”.


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